Estudio Adisional 12
Cómo se debe guardar el Sábado
Forma de respetar el sábado.
Dios requiere la cesación del trabajo regular (Éxodo 20:8-11; Éxodo 31:13-18; Éxodo 34:21). No se debe comprar ni vender (Nehemías 10:31; 13:15-20). Lo más indicado es asistir a un culto religioso (Levítico 26:2; Hebreos 10:25; S. Lucas 4:16; Hechos 17:2). También es propio realizar obras de bien (S. Marcos 3:4; S. Mateo 12:12).
Dios ayuda a quienes le obedecen.
Es necesario cumplir la voluntad de Dios (S. Mateo 7:21). Hay que obedecer todo lo que Dios manda (Santiago 2:10). El motivo de la obediencia es el amor (S. Juan 14:15). Cuando guardamos el sábado recibimos las bendiciones prometidas (Deuteronomio 11:26,27; Isaías 41:10; Salmo 37:25; Isaías 58:13, 14).
Restauración del Sábado
A causa de la apostasía de la Iglesia Cristiana, el sábado fue cambiado por "el venerable día del sol", o sea el domingo. Pero la Santa Biblia había predicho que la observancia del santo mandamiento sería restaurado por un pueblo que sería llamado "reparador de portillos" (Isaías 58:12, 13). Dicho pueblo, "guardan los mandamientos de Dios" (Apocalipsis 12:17; Isaías 66:23).
El Culto Sabático
La parte central de la celebración del sábado la constituye el culto de adoración a Dios, se celebra en la mañana y consta de una escuela para el estudio de la Santa Biblia. Luego viene el culto propiamente dicho, cuya parte central es la predicación a cargo de un ministro o laico. Los fieles participan activamente por medio del canto, la oración, la lectura de la Biblia y las ofrendas. La tarde se dedica al descanso, la lectura y meditación, la actividad misionera y una reunión dedicada a los jóvenes.
"El día del Señor no es festivo, para diversiones mundanas y vanidades, sino un día de delicias, éste es un día precioso para nosotros, agradable a Dios y propio para escuchar y leer sus palabras, y hacer buenas obras" (Monseñor Juan Straubinger, Comentario a Isaías 58:1 3).
¿Cuál es la Verdad?
Siendo que tantos millones de cristianos santifican el domingo, muchos se preguntan perplejos: "¿Quién estará en lo cierto?" Nada más fácil de resolver. Debemos preguntarnos con absoluta sinceridad: "¿Cuál es la verdad?" Luego, cuando la hayamos descubierto en la Biblia, debemos obedecerla fielmente. Sabemos que la Biblia contiene la verdad Juan 17:17). La Biblia establece como único día de descanso el sábado. Y "la palabra de Dios permanece para siempre" (Isaías 40:8).
Jesús es la revelación más pura di verdad. Su misión era dar "testimonio de la verdad" (Juan 18:37). Y Jesús guardó únicamente el sábado. Nos enseñó que debe seguir Su ejemplo (Juan 13:15, 17). "Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglos" (Hebreos 13:8). La ley de Dios es la verdad (Salmo 119:142). En la ley se específica claramente la santidad del sábado. Y los mandamientos han sido establecidos para siempre (Salmos 119:152).
Dios, la fuente suprema de la verdad; Jesús, la Biblia y la ley, exponentes de la verdad enseñan definidamente la santidad sábado. ¿Qué haremos? Ojalá digamos: ' Escogí el camino de la verdad" (Salmo 119:30).
¿Por qué Guardo El Sábado?
Si alguien nos preguntara: "¿Por qué respeta usted el sábado?", podríamos darle seis razones incontrovertibles.
- Porque creo que hay un día del Señor, el sábado (Marcos 2:27,28).
- Quiero ser un cristiano cabal. Para eso debo seguir en los pasos de Jesús (1 Pedro 2:21). Jesús respetó celosamente el sábado y dijo que no había venido a cambiar mandamientos (Mateo 5:17, 18), por tanto, debo respetarlo.
- No cabe duda que si Cristo, la Virgen María, y los apóstoles estuvieran hoy en tierra, guardarían fielmente el sábado (Hebreos 13:8).
- Quiero ser un fiel hijo de Dios, y fue Él quien creó el sábado.
- Creo en la Biblia. Ella me dice explícitamente que el sábado es santo.
- Quiero estar con Jesús en el cielo. Allí se guardará el sábado (Isaías 66:22, 23).
Ilustración
Un miembro de la iglesia se enfrió y dejó de asistir a ella el sábado. El pastor lo visitó y lo encontró sentado junto al fuego. Sin decir palabra, el pastor con una tenaza sacó una brasa y la separó de las demás poniéndola encima de un ladrillo, hasta que se apagó. El hermano dijo: "No necesita decirme ni una palabra. El sábado estaré en el culto".