Peligros que Amenzana a la Juventud

¹¹ para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.

¹³ y he aquí gozo y alegría, matando vacas y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos.

⁷ No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

¹² No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;
¹³ ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.

³⁶ Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.
³⁷ Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

²¹ Atalos siempre en tu corazón, Enlázalos a tu cuello.
²⁶ Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón.

²⁹ ¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? ³⁰ Para los que se detienen mucho en el vino, Para los que van buscando la mistura. ³¹ No mires al vino cuando rojea, Cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; ³² Mas al fin como serpiente morderá, Y como áspid dará dolor.

¹⁶ ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
¹⁷ Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

¹⁴ La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?⁹ Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos,

¹⁰ Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, No consientas.

¹² Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.

²¹ No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.

⁵ Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, Seguridad mía desde mi juventud.